Es tiempo de huerto, y si además tenemos niños en casa, se multiplican los beneficios de cultivarlo porque no sólo obtendremos verduras y frutas ecológicas, sanas y naturales, sino que además los niños aprenderán un montón de cosas:
- Con el ritmo de vida actual la forma de adquirir un producto es ir a la frutería y elegir por kilos las verduras y fruta que nos interesa, y así lo han visto los niños siempre. Cultivando un huerto los niños aprenderán los ciclos de la naturaleza, verán cómo va creciendo el fruto, desde el nacimiento de una planta a partir de una semilla o plantel, la aparición de las flores que posteriormente se convertirán en los frutos y la selección de aquellos frutos que son maduros para comerlos ese mismo día, incluso en ese mismo momento.
- Asumen responsabilidades: déjales una regadera de su tamaño y dales la responsabilidad de regar las plantas que ellos mismos han plantado y veréis que orgullosos se sienten cuando comienzan a tener sus frutos. Así aprenden que teniendo constancia y siendo responsables se consiguen los objetivos.
- Disfrutar la familia de una afición juntos: mientras diseñamos el huerto urbano, vamos a comprar la tierra, entre todos decidimos qué vamos a cultivar, lo plantamos, lo cuidamos y recogemos las fresas o tomates, en todo ese tiempo hemos conseguido estar juntos y todos hemos participado.
- Aprovecha para cultivar algo que a los niños les cueste comer. Está comprobado que los niños que participan en el mantenimiento y cuidado de los huertos están mucho más abiertos a probar nuevos alimentos y conseguirás que los niños coman frutas y verduras.
- Aprenden a tener paciencia: nos estamos acostumbrando a que lo que queremos lo tengamos en el momento. En la naturaleza cada planta necesita su tiempo, así los niños aprenden que no todo es aquí y ahora, sino que determinadas cosas necesitan que pasen semanas para ver los resultados. Ayúdales cultivando plantas que tengan distintos ritmos de crecimiento para que tampoco desesperen y abandonen el huerto por aburrimiento de no conseguir resultados.
En resumen, un huerto urbano se convierte en didáctico, divertido, entretenido, familiar, cuando hablamos de hacerlo con los niños.
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